Oímos decir todo el tiempo que en cada niño existe un potencial de aprendizaje infinito y es realmente cierto y muy importante en el caso del lenguaje.
Desde el nacimiento, el niño está preparado para hablar pero primero tiene que escuchar.
Esta es la primera inmersión lingüística que se pone en práctica. Desde el nacimiento y antes aún, desde el vientre materno, hablamos al pequeño y de esta manera le introducimos en el maravilloso mundo de la expresión y comunicación.
Es así como, casi sin darnos cuenta, enseñamos al niño a utilizar el lenguaje como herramienta y como fin en sí mismo mientras se encuentra en periodo de desarrollo de su vocabulario.
Cada palabra adquirida es un logro y cada frase que aprende a componer un paso más hacia la comunicación plena.
Si desde que nacemos disponemos de las herramientas para oír y aprender nuestra lengua materna no hay motivos para retrasar el aprendizaje de una segunda lengua que el niño irá incorporando junto con la materna y desarrollará una buena competencia en el lenguaje
¿Cuál es la clave para que la metodología del aprendizaje del inglés desde pequeños sea un éxito?
Sólo hay una: Estar basada en el proceso natural de adquisición de la lengua materna con un orden establecido pero a la vez, natural y espontáneo.
