Junio es un mes de prisas, nervios… y exámenes. Llega el momento del último esfuerzo que permitirá a tus hijos acabar el curso satisfechos y, a ser posible, sin demasiadas cargas para el verano. Ellos notan la presión y durante estos días y pueden tener reacciones diversas, volverse irascibles, descentrarse o perder la motivación.

Te damos algunos consejos con los que podrás ayudarles a finalizar el curso con éxito.

Hay dos reacciones típicas ante la llegada del fin de curso y el periodo de exámenes. Los niños y adolescentes más responsables mostrarán nerviosismo, miedo a fracasar y hasta rechazo a enfrentarse a las evaluaciones. En cambio, otros perderán interés, por el cansancio de todo el curso acumulado. Sea cual sea el caso de tus hijos, hay algunos consejos para reaccionar de forma adecuada que te servirán para ayudarles

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1. Aporta tranquilidad. En este periodo de ansiedad, tienes que convertirte en el pilar de seguridad y calma en el que tu hijo se apoye. Mantén la casa lo más tranquila posible, respeta su espacio de trabajo mientras está estudiando y, durante los descansos, ayúdale a desconectar y despejarse, ya sea en casa o al aire libre, para que no pase el día únicamente estudiando y centrado en los libros.

 
2. Busca el equilibrio entre control y apoyo. Es importante que estés pendiente de que tu hijo estudie y prepare la última evaluación o los exámenes finales, según el caso. Pero evita presionarle o agobiarle porque puede resultar contraproducente. Puedes ofrecerle ayuda para planificar el estudio, repasar algún tema o área que le resulte más complicada y practicar juntos preguntas y respuestas.

 
3. Alimenta su mente. Durante el periodo de exámenes es importante que tu hijo coma bien y tome alimentos saludables y nutritivos que no resulten demasiado pesados. Es preferible que se siente a la mesa con calma; evita que coma cualquier cosa rápida mientras estudia.

 
4. Haz que respete las horas de sueño. Aunque arañe algún minuto más al día para repasar esa última prueba final, es importante que el niño duerma las horas necesarias. El estudio nocturno no suele ser muy efectivo. Es mejor que antes de irse a la cama tenga un breve espacio de ocio, puede ver un rato la televisión o leer, y luego tomar una bebida caliente antes de ir a dormir. De este modo se meterá en la cama más tranquilo y despertará con fuerzas renovadas.

 
5. Anímale siempre. Si las cosas no han saldo bien, evita perder los nervios o reñirle. Sentaos y analizad juntos qué ha fallado: si dejó el estudio para última hora, los nervios le jugaron una mala pasada o hay carencias concretas en la asignatura.

 

Ánimo, ya queda menos para que lleguen las vacaciones y podamos aprender a través de las experiencias que ellas nos proporcionan: cambiar de ambiente, conocer nuevos amigos, hablar otros idiomas o incluso, enamorarse!!

¿Habéis hecho ya planes para el verano?

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